Por Alejandra D´Lucca
(Psicóloga.M.P.1966. Especialista en
familia)
Muchas veces, cuando
les preguntamos a los padres y madres qué desean para sus hijos y cuáles son
sus expectativas, nos responden: “que sea una persona de bien”… “que pueda
cumplir sus metas”… “que le vaya bien en la vida”. Esto es algo que pensamos
todos los que tenemos la responsabilidad de educar y conducir a nuestros niños;
queremos que sean felices la mayor parte de su tiempo.
Aunque sabemos que la
felicidad no es un estado permanente, como responsables de la crianza hay cosas
que podemos hacer que ayudarán a que los pequeños se sientan seguros y
confiados para encarar el futuro sintiendo bienestar.
Pequeñas acciones
diarias que hacemos los adultos colaboran para que los hijos/as desarrollen la
alegría y la integridad que los harán grandes personas.
Los niños y niñas
necesitan diariamente sentirse amados, aceptados y apreciados. Crece así su
sentido de pertenencia e identidad que les da la confianza para alcanzar su
autonomía e independencia y lograr el valor para responsabilizarse de sus
decisiones.
Cuando una persona
está segura de sí misma y del amor incondicional de su familia estará dispuesta
a tomar desafíos, a encarar su vida y sabrá aprovechar las oportunidades que
vengan, y cuando las circunstancias se presenten difíciles, podrá hacerles
frente con fortaleza y entereza.
La historia de nuestra
vida familiar está plagada de situaciones tanto buenas como malas que definen
la manera que somos y lo que hacemos. Si logramos darles a nuestros hijos/as
los cuidados oportunos y atendemos a sus necesidades de afecto, protección y
valoración mediante concretas acciones cotidianas, ellos se aventurarán y
andarán por su camino de manera plena, en armonía interna y con el contexto en
donde se muevan. Nuestro apoyo y el estímulo permanentes les darán la fuerza
para emprender lo que deseen.
¿Cómo lograr eso?
Dándoles aliento
cuando están intentando algo nuevo, permitiendo que se equivoquen e invitarlos
a probar hacerlo otra vez, mostrándoles afecto con nuestras palabras, besos,
caricias. Pasando un tiempo a solas con ellos conversando sobre sus intereses,
regalándole algo (una notita, un mensaje, una golosina) que les muestre que
pensamos en ellos, acompañándolos y escuchándolos.
Podemos hacer todas
esas simples y concretas cosas que le hacen saber a nuestros niños/as el amor
que sentimos por ellos.
PEQUEÑAS
ACCIONES QUE HACEN DE TUS HIJOS GRANDES PERSONAS:
·
Estar cerca para darles confianza cuando más lo
necesitan
·
Enseñar el valor de afrontar cualquier desafío
·
Dar seguridad y confianza para que puedan enfrentar
cualquier aventura
·
Fortalecer lazos para que siempre se sientan
acompañados
·
Dar aliento para que se sientan capaces de lograr lo
que se propongan
·
Compartir aventuras para que vuelen alto
·
Darles fuerza para que se embarquen en nuevas
aventuras
·
Estar cerca para darles apoyo cuando lo necesitan
·
Estar cerca para darles esperanza y que puedan soñar y
volar
·
Compartir la vida para que sepan que vamos juntos
OCTUBRE: Disfruta con los tuyos del mes de la familia
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