jueves, 13 de noviembre de 2014

LA AUTORIDAD DE LOS PADRES Y MADRES: ENTRE EL AMOR Y LA FIRMEZA

Hoy en día, la autoridad suena como mala palabra. Muchas veces cuando pensamos en ella la asociamos a algo negativo, que se impone, que limita. Pero uno de los significados de la palabra autoridad es: hacer que algo crezca o prospere. Si lo miramos de esta manera, nuestro rol se vuelve más gratificante, ya que somos “autoridad” cada vez que hacemos algo para que nuestro hijo/a crezca y desarrolle todo su potencial como persona. Educar con autoridad facilita el crecimiento pleno y sano de nuestros pequeños/as.

Nuestra función es: guiar, educar, acompañar, sostener y también limitar. No necesitamos dar indicaciones de manera grosera o autoritaria. La mejor forma de establecer límites es mediante el uso de buen humor y las explicaciones.
No es autoridad: estar todo el tiempo mandando, decir una cosa y luego no cumplirla, cambiar de opinión permanentemente, conceder caprichos, sobreproteger.

Ejercer autoridad en un clima de calidez, confianza y seguridad, es darle a los hijos e hijas la posibilidad de crecer y desarrollarse de modo auténtico, autónomo y con una sana autoestima que les abrirá las alas a la libertad e independencia.


Por Alejandra D'Lucca (Psicóloga)



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