Sí... porque la felicidad no
viene sola, la construimos todos los días con ganas y esfuerzo.
Ser miembro de una familia, que
te diviertas y te guste estar en ella, depende de todos y cada uno de sus
integrantes.
Así que ¡manos a la obra!... o
mejor dicho... “¡mentes a pensar!... ¿Cómo
hacemos para pasarla bien con las personas con quienes convivo?”.
Primero: recordemos que la familia es el sitio donde encontramos apoyo, amor
y comprensión. Es el lugar donde podemos
refrescarnos y recuperar energías para enfrentarnos a las cosas difíciles que a
veces nos pasan. El Creador la hizo porque Él sabe que es el mejor modo en que
podamos vivir y crecer.
Cuando pensamos en la familia nos acordamos de personas que han sido
importantes en nuestra vida (de una hermana amiga, de una tía compinche, del
abuelo que hacía magia, de papá que trabajaba todo el día, del juego con los
primos… y tantos otros). Con ellos hemos compartido salidas, emociones, olores,
sabores y tantas experiencias maravillosas (aunque algunas también pueden haber
sido desagradables).
Pero lo que es seguro es que lo que vivimos en la infancia, en el seno
de la familia nos marcará para toda la
vida y moldeará la persona que somos hoy, sellándonos con una marca única e
irrepetible, con nuestras virtudes y defectos, con valores, ideas, emociones y
sentimientos propios.
Por eso, cuando fundamos una
familia estamos formando vidas.
¿Cómo serán estas personas? Eso
depende de lo que hagamos con y por ellas.
Así que, para comenzar esta
hermosa aventura de construir cada día nuestra familia les proponemos en este
boletín mensual, una serie de actividades para que hagan ¡todos! Podrán leer,
jugar, ir de paseo, crear, imaginar...
Sabemos que el tiempo compartido
en el hogar nos ayudará a comunicar lo que sentimos, expresarnos afecto,
atender a los demás y demostrar el valor que tiene cada uno para el otro.
Así que ¡vamos a disfrutar
juntos!
Porque…¡SOMOS FAMILIA!
Lic. Alejandra D'Lucca
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