Hoy en día, la autoridad suena como mala palabra. Muchas
veces cuando pensamos en ella la asociamos a algo negativo, que se impone, que
limita. Pero uno de los significados de la palabra autoridad es: hacer que algo
crezca o prospere. Si lo miramos de esta manera, nuestro rol se vuelve más
gratificante, ya que somos “autoridad” cada vez que hacemos algo para que
nuestro hijo/a crezca y desarrolle todo su potencial como persona. Educar con
autoridad facilita el crecimiento pleno y sano de nuestros pequeños/as.
Nuestra función es: guiar, educar, acompañar, sostener y
también limitar. No necesitamos dar indicaciones de manera grosera o
autoritaria. La mejor forma de establecer límites es mediante el uso de buen
humor y las explicaciones.
No es autoridad: estar todo el tiempo mandando, decir una
cosa y luego no cumplirla, cambiar de opinión permanentemente, conceder
caprichos, sobreproteger.
Ejercer autoridad en un clima de calidez, confianza y
seguridad, es darle a los hijos e hijas la posibilidad de crecer y
desarrollarse de modo auténtico, autónomo y con una sana autoestima que les
abrirá las alas a la libertad e independencia.
Por Alejandra D'Lucca (Psicóloga)
No hay comentarios:
Publicar un comentario