A Coco le gustaba estar con Paula y también con los amigos
de Paula. Pero también, de vez en vez, volvía a la soledad de la noche. Porque
Coco descubrió que se puede tener amigos
y a veces, también, disfrutar de la soledad.
Todos a veces necesitamos estar solos: nos encontramos con
nosotros mismos, decidimos qué nos gusta y qué no, qué nos hace bien y qué nos
hace mal. Y también necesitamos buenos amigos: como Paula.
A Paula no le importó que sus amigos no creyesen que las
huellas eran de cocodrilo y supo encontrar a Coco más allá de las tímidas
marcas en el parque. ¿Vamos a encontrarlos nosotros también?
¿Qué hace un
cocodrilo por la noche?
Autor: Kathrin Kiss
Ilustrador: Emilio
Urberuaga
Editorial:
www.editorialkokinos.com
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