Evaluación del proyecto:
Talleres
Psicosociales de niños/as “Jugando
Crecemos”
Responsables del Proyecto: Lic. D´Lucca, Alejandra y
Lic. Nores, Tomás.
Equipo: Lic. Nores, Tomás; Lic. Florit Rozas,
Celeste; Lic. Guatrochi, Macarena; Lic. Navas, Georgina; Vidal, Dayana; Lic.
Gruttadauria, María Belén; Lic. Moscardo, Virginia; Lic. Galarza, Valeria;
Sincich, Julieta; Lic. Ochoa, Celeste; Lic. Ludueña, Milagros; Lic. Bértola,
Antonella; Lic. Pérez González, María Celeste.
Evaluación general del Proyecto
Fundación Ictus durante el año 2017 propició a
través de distintos programas, espacios que les permitieron a familias
cordobesas favorecer vínculos saludables y la expresión del afecto entre sus
miembros.
A partir del programa “Jugando Crecemos” se
invitó a niños/as a realizar talleres psicosociales, donde jugando desarrollaron
habilidades que les posibilitan establecer y promover lazos saludables en sus
relaciones. El juego es la principal estrategia desarrollada en estos talleres,
ya que es el modo por excelencia en que los niños/as aprenden y logran
expresarse: dinámicas lúdicas que
apuntaron a modelar, ensayar y reforzar la adquisición de habilidades
sociales (HHSS).
La metodología utilizada en los mismos se basó en la técnica de las HHSS
(Pérez, 2000), la cual incluye una secuencia de procedimientos que posibilitan
el aprendizaje.
El objetivo de los talleres psicosociales es
promover la conducta asertiva en los niños/as, la cual refiere a un
comportamiento de defensa de los derechos y opiniones personales y de respeto
por los derechos y opiniones de los demás (Pérez, 2000). Cabe aclarar que este año el equipo Ictus comenzó a
implementar los preceptos de Disciplina Positiva desarrollado por las autoras
Jane Nelsen y Lynn Lott a partir de 1988, lo cual explica modos de intervenir
que tienden hacia el respeto por sí mismos/as y los/as demás, así como también
el sentido de responsabilidad por las propias acciones para la búsqueda de la
auto regulación.
Las HHSS son muy importantes en las relaciones
interpersonales (Roca, 2007), existen
nexos sólidos entre la competencia social en la infancia y la adaptación
social, académica y psicológica, tanto en la infancia como en la vida adulta
(Pérez, 2000), de manera que podemos afirmar que estamos ante un tema de gran
importancia y relevancia por lo cual se considera de gran valor este
programa que posibilita a niños/as conocer acerca de las HHSS y adquirir
herramientas que facilitarán el logro de interacciones saludables.
Durante este año se llevó a cabo la Campaña de
Promoción de la Salud Emocional de la Familia, la cual incluye talleres
psicosociales (programa "Jugando Crecemos" forma ampliada) de
niños/as y además, talleres para padres/madres/cuidadores y docentes, construyendo
durante todo el año HHSS junto con la institución escolar de manera integral.
Por otro lado, se desarrolló el programa "Jugando Crecemos" (de
manera abreviada) en 2 organizaciones sociales. En ambos programas se
despliegan dinámicas que propician el entrenamiento de habilidades sociales
relacionadas a Reglas, Autoestima, Emociones, Estilos de Conducta y Solución de
Conflictos, cuyo fin fue dotar a
los/as niños/as de herramientas que favorezcan en ellos/as y con los demás,
comportamientos socialmente habilidosos. En total, se
desarrollaron 158 talleres para niños y niñas en las 4 instituciones.
Las instituciones escolares que participaron de
la Campaña de Promoción de la Salud Emocional de la Familia fueron: la escuela
provincial Julio Díaz Usandivaras y por segundo año consecutivo la escuela
municipal César E. Romero. En ambos casos los niños/as concurrentes iban a 1° y
2° grado, con un taller semanal de 45 minutos de duración.
A fines de Abril se dio inicio al programa tanto
en la escuela César E. Romero como en la escuela Julio Díaz Usandivaras
finalizando con el mismo en Noviembre. A lo largo de 7 meses se concurrió una
vez por semana a ambas escuelas ubicadas en zonas periféricas de la Ciudad de Córdoba,
abarcando 7 grados turno tarde impactando de este modo en un total de 154 niños/as de 1° y 2°, e involucrando a 8 docentes
y 3 coordinadores de Ictus que contaron con la colaboración de 6 voluntarias.
En ambas escuelas se lograron realizar los 20
talleres, a excepción de 1° B de la Escuela Julio Díaz Usandivaras en el cual
se realizaron 19 por ausencia de la docente, debiéndose unificar el taller 1 y
2.
El acompañamiento de padres/madres/cuidadores en ambas
escuelas fue logrado a través de las misiones hogareñas y el álbum de la
familia (herramienta diseñada y elaborada por Fundación Ictus). La docente
Paula comentó la experiencia que le transmitieron algunos padres: "una
mamá me contó que aprendió con su hija a
respirar y relajarse cuando está enojada". Se advierte que si bien es
escasa la participación, aquellas familias que completan las misiones y
realizaron las actividades propuestas en los álbumes, lograron sostenerlo a lo
largo del año. Asimismo en casi todos los grados se acercaron para disfrutar de
un encuentro de juego junto a los niños/as, siendo uno de los momentos más
interesantes, ya que se generaron espacios que fomentaron la autoestima en los
niños/as y reforzaron los vínculos familia – niño en la escuela, siendo esto
observado por la docente Estela y la directora Gabriela, quienes comentaron
respectivamente: "la relación familia-escuela mejoró"; "se generó
mayor participación de las familias en las actividades de la escuela".
En los talleres docentes se trabajaron los mismos
ejes desarrollados junto a los niños/as y estrategias de intervención áulica
desde la disciplina positiva (Nelsen & Lott, 1988). Un docente en su
devolución final sostuvo: "encontré profesionales que hablaban nuestro mismo
idioma, sentí que nos entendían, estaban dispuestos a ayudarnos en lo que fuera
posible".
Para evaluar el impacto del programa en las escuelas
se aplicó a los/as niños/as un estudio cuasi experimental con medidas pre y
post test con grupo único (Montero & León, 2007). Consistió en una primera
toma a comienzo de año, previa a la implementación de los talleres, y otra toma
a posteriori. El objetivo fue indagar si la implementación de los talleres
producía un cambio significativo en las variables estudiadas: Asertividad,
Autoestima y Regulación Emocional. De esta manera, de encontrarse diferencias
en la segunda toma se infiere que las mismas son debidas a la intervención y no
a otras variables. Para ello, se administraron tres instrumentos psicométricos
a un total de 77 niños/as de un total de 158 niños/as participantes del
programa. El número de encuestados representa el 49% de la muestra total. La
escasa participación de niños/as en la aplicación de las encuestas podría
deberse a la falta de autorizaciones de padres y madres para llevar a cabo
dicha actividad (probablemente por desconfianza hacia el uso de los datos de la
misma), como así también a la ausencia de niños/as en los días destinados para
la toma de encuestas. Este dato es necesario para tener en cuenta la
representatividad de la muestra a la hora de evaluar los resultados
cuantitativos.
Los datos arrojados
indican que los mismos obtuvieron un incremento luego de la implementación de
los talleres. De la habilidad Asertividad cabe mencionar que los avances
detectados en los niños/as son de tamaño moderado en la escuela
Usandivaras y bajo en la escuela C. Romero. No obstante, aumentaron en un 9%
los niveles de asertividad y consiguientemente disminuyeron los niveles de
pasividad en un 3% y agresividad en un 5%. Esta variable, responde a dos ejes del programa: Estilos de conducta y
Resolución de conflictos.
En los registros
semanales del trabajo áulico se advierten modificaciones en sus conductas ya
que gran mayoría de los/as niños/as incorporaron en su vocabulario palabras
como: “amigable, agresivo, pasivo”. Esto generó un impacto en las relaciones
entre ellos, ya que los mismos niños/as y las docentes recuperaban las
temáticas a lo largo de la semana cuando surgía algún conflicto. El vínculo
establecido con el equipo Ictus progresivamente se convirtió en afectuoso y
respetuoso, con mayores dificultades para sostenerlo en 1° “C” de la escuela
Usandivaras. Una niña de 2do grado en su devolución final destacó: "muchas gracias porque nos enseñaron muchas cosas
divertidas y nos enseñaron a comportarnos de manera amigable". Las conductas de solidaridad y compañerismo se
vieron incrementadas en su mayoría, por ejemplo en el logro de tolerar la
espera mientras un compañero habla, respetando así los derechos y opiniones de
otros. Por otro lado, a la hora de buscar consenso para solucionar conflictos,
los/as niños/as acudían a las docentes o al equipo en busca de la resolución.
Lentamente y con ayuda del equipo que los incentivó a reflexionar en estrategias
y a su vez, posibilitó espacios seguros para poner en práctica esta habilidad,
pudieron animarse a intentar llevar adelante posibles soluciones ante distintas
situaciones conflictivas.
Abraham Maslow (1979),
define Autoestima por un lado como “…el aprecio que se tiene uno mismo (amor
propio, confianza, pericia, suficiencia, etc.); y por otro, el respeto y
estimación que se recibe de otras personas (reconocimiento, aceptación, etc.).”
Desde lo cuantitativo los cambios significativos fueron en la escuela César
Romero, mientras que se sostuvieron igual que a principio de año en la escuela
Usandivaras. Sin embargo, en la práctica se rescatan experiencias sólidas que
evidenciaron el aumento de la misma. Nos encontramos con grupos que al inicio difícilmente reconocían en sí
mismos u otros aspectos positivos, pero hacia el final del proceso lograron
hacerlo en algunos casos tímidamente y en otros de manera espontánea y
extrovertida. Se percibió disfrute y satisfacción a la hora de recibir halagos
y elogios cuando el equipo se los reconocía. En la participación activa de los
niños/as dentro de los talleres lograron demostrar destrezas y habilidades que
los hace únicos y especiales. Se promovieron espacios de confianza, afecto y
contención para poder expresarse libremente y comentar anécdotas familiares.
Las docentes colaboraron en el reforzamiento de la autoestima, destacando sus
logros y características únicas, observando en su evaluación final un gran
avance en los/as niños/as. La docente Paula dijo: "empezaron a respetarse,
los veo más felices, más contentos consigo mismos", dando cuenta de los
logros observados por la docente.
Si tenemos en cuenta que las emociones son
mecanismos que nos ayudan a reaccionar con rapidez ante acontecimientos
inesperados que funcionan de manera automática (Fernández-Abascal y Palmero,
1999) y que esto implica que cada persona experimente una emoción de forma
particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, su aprendizaje y de la
situación concreta, es conveniente abordar a través del programa estrategias de
regulación como de reconocimiento emocional que faciliten modos asertivos de
expresión. Sumado a esto, la teoría cognitiva-conductual aporta "el postulado principal
es que los pensamientos ejercen una influencia en las emociones y la conducta"
(E. Bunge, M. Gomar, J. Mandil. 2009). Desde lo cuantitativo se registraron incrementos en
la variable Regulación emocional, con progresos significativos específicamente
en la pregunta “cuando te enojas ¿contás hasta 10?”. En los registros del
equipo, se observó que al nombrar las emociones lo hacían de modo adecuado y
reconocían las características de cada una haciendo referencia a aspectos
físicos/faciales para identificarlas. Al momento de reconocer qué movilizaba la
puesta en marcha de determinadas emociones, los/as niños/as sin dificultad
ejemplificaban situaciones personales y escolares, remitiendo con mayor
facilidad a temáticas en relación al enojo o tristeza cuando se peleaban con
sus pares. De este modo consiguieron reconocer las estrategias para la
regulación de emociones negativas como enojo o miedo, diciendo por ejemplo:
“respirar profundo”, “escuchar música”, “contar hasta diez”, entre otras. Se
concluye a partir de lo desarrollado supra que la evidencia empírica que se
desprende del instrumento evaluativo, avala la eficacia del programa “Jugando
Crecemos” para modificar conductas a través de la adquisición de HHSS en
niños/as que asisten a escuelas de la Ciudad de Córdoba.
Cabe aclarar que el proyecto aborda el eje reglas
que si bien es de gran valor, no fue contemplado, ni evaluado por el
cuestionario. Sabemos que establecer normas y hacerlas
cumplir es una forma de reconocer los Derechos, considerando que es
responsabilidad de los adultos mostrarles las cosas que pueden o no pueden
hacer. Esto les permite saber de manera explícita qué esperan los adultos de
ellos/as y así ir prediciendo sus reacciones, lo cual favorece el aprendizaje
del autocontrol y la convivencia con sus pares.
Se pudo destacar el valor de las reglas pudiendo los
niños/as resaltar que sirven para protegernos, respetarnos, poder convivir en
un espacio armónico. Ellos/as mismos pudieron, encuentro tras encuentro
levantar la mano para pedir la palabra, escuchar a sus pares cuando expresaban
sus opiniones, respetar las reglas de los juegos y de este modo disfrutar todos
del mismo, entre otras. La cantidad de talleres que se lograron dar en el año,
son un claro ejemplo de cómo, además de reconocer los acuerdos, los han podido
incorporar.
En relación a nuestro programa “Jugando Crecemos”
de forma abreviada, por segundo año consecutivo ampliamos los espacios de
acción que refiere específicamente al trabajo con niños/as de entre 7 a 12 años
en entrenamiento en HHSS. Se realizó en dos lugares de la ciudad de Córdoba: el
Centro Comunitario Esperanza, cuya principal actividad remite al apoyo escolar,
comedor y talleres para las familias; y la Fundación Hombre Nuevo con sede en
el Club Juan Pablo II donde los niños/as realizan actividades deportivas. En
el primero, se realizó la Campaña integral, mientras que en el segundo sólo
hubo un encuentro inicial con las familias presentando la propuesta.
Los talleres en Centro Comunitario Esperanza se
efectuaron desde mitad de abril hasta la primera semana de julio, pudiendo
completarse 11 de 12 talleres con frecuencia semanal reuniendo a un promedio de
7 niños/as por encuentro. Del mismo modo, se realizaron los talleres en la
Fundación Hombre Nuevo durante los meses de Octubre y Noviembre, alcanzando 7
talleres con los niños/as y un taller previo con padres y madres para
involucrarlos en la Campaña. Cabe aclarar que en los encuentros compartidos en
la Fundación Hombre Nuevo contamos con la participación de las familias durante
4 talleres. La cantidad de talleres en cada una de estas instituciones se debió
a los tiempos institucionales que permitieron el comienzo, además de la época
en la que comenzaban las vacaciones de invierno y de verano. El equipo de Ictus
fue conformado por un coordinador y dos voluntarias para cada institución en
esta tarea.
La apreciación de los resultados a partir de la
aplicación del programa abreviado en Centro Comunitario Esperanza y Fundación
Hombre Nuevo es positiva. Desde lo cualitativo se observa que en ambos grupos
de niños/as se lograron experiencias significativas, se generaron lazos hacia
el equipo Ictus y demostraron aprendizajes valiosos en HHSS. De modo paulatino
lograron expresar cualidades de sí mismos/as como de los/as demás, ofrecer su
ayuda, identificar lo necesario para una comunicación asertiva, reconocer las
emociones positivas y negativas, así como pensar en soluciones amigables para
los distintos conflictos que aparecían.
En síntesis, en los registros sistematizados de las
observaciones y las opiniones de los adultos referentes de las 4 instituciones
participantes, se reflejan los cambios en los/as niños/as, acompañando los
resultados obtenidos en las escuelas con los datos cuantitativos. Las docentes
de 1er y 2do grado construyeron herramientas para implementar en las aulas
tanto los ejes trabajados en el programa, como así también el paradigma de
disciplina positiva. Por ejemplo, la docente Natalia comentó "para iniciar
el tema llevé un espejo y así se vieron y comentaron sobre ellos, actividad
parecida trabajada con Ictus". La docente Eva contó: "me resultó
práctico utilizar la ronda en la que expresaban sus sentimientos, observé que
se sentían escuchados y luego trabajaron más relajados".
Las temáticas que están incluidas en el programa
están intrínsecamente relacionadas y se afrontan debido a la importancia que
tienen en la vida del niño/a. Se debe tener en cuenta que los ejes propuestos a
trabajar resultan transversales, ya que inundan el universo de nuestras actividades
diarias.
Los logros obtenidos en las instituciones a lo largo
del año dan cuentan del efectivo entrenamiento en HHSS. Posibilitó el
reconocimiento de acuerdos de convivencia y su cumplimiento en diferentes
ámbitos, logrando específicamente en el aula mejores relaciones. Fomentó bases
para tener una autoestima ligada al respeto y estima positiva, favoreciendo un
crecimiento saludable ya que confían en sus capacidades y reconocen
debilidades. Posibilitó el reconocimiento personal tanto de sus emociones como
también del propio modo de comportarse, sentir y pensar lo cual brinda
herramientas para evaluar con juicio crítico modos asertivos de resolver
conflictos que surjan en sus relaciones interpersonales. En su devolución
personal, la vicedirectora Pamela sostuvo: "...los modos de abordaje han
sido coherentes y ajustados a los destinatarios y a la vez dinámicos y
reflexivos permitiendo la participación y la expresión libre como así también
la construcción colectiva de ideas, conclusiones, acuerdos".
Se concluye que el programa “Jugando Crecemos” ha
sido eficaz para el entrenamiento de niños/as en habilidades sociales.
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